El Gran Premio de Azerbaiyán dejó un sabor amargo para Checo Pérez y Red Bull, como cuando pides tacos y se acaban los de pastor. A solo dos vueltas del final, Checo se encontró con Carlos Sainz en un «cariñoso» choque que los mandó directo al muro y fuera de la carrera.

Todo sucedió cuando Checo intentaba pasar a Charles Leclerc por el segundo lugar, pero Sainz apareció como ese amigo que se mete en la fila sin avisar, y ambos terminaron abrazados… del muro.

Checo, claro, culpó a Sainz, argumentando que el español intentó colocarse en la línea de rebufo de Leclerc, lo que provocó el contacto. Por su parte, Sainz aseguró que su movimiento fue normal y no agresivo.

Analistas como Jonathan Palmer sugirieron que ambos pilotos compartieron la culpa, pero Diego Mejía señaló que la maniobra de Sainz no era válida cuando competía tan cerca de otro auto.  Pero las repeticiones mostraron que Checo intentó evitar el choque, mientras Sainz parecía más concentrado en seguir su camino. Total, un drama de Fórmula 1 digno de una novela… con final triste para ambos.